La neurociencia detrás de nuestros hábitos financieros
Nuestro cerebro está diseñado para buscar recompensas inmediatas y evitar el dolor a corto plazo, lo que explica por qué muchas personas prefieren la gratificación instantánea de una compra sobre el beneficio a largo plazo del ahorro.
Cuando tomamos decisiones financieras, se activan áreas cerebrales relacionadas con las emociones y la recompensa, como el sistema límbico. La buena noticia es que podemos entrenar nuestro cerebro para obtener satisfacción de comportamientos financieros saludables.
Las decisiones financieras que tomamos están influenciadas hasta en un 90% por procesos emocionales subconscientes, según estudios de neuroeconomía.